15 mar 2024

Malabimba (Posesión de una adolescente) (Malabimba)


 
En un análisis que hace Stephen Thrower sobre la obra de Andrea Bianchi, incluido en la reciente edición en 4k de La noche del terror (Le notti del terrore, Andrea Bianchi, 1981), acaba llegando a la conclusión de que el director italiano no sea "un torpe" sino algo más cercano a un anarquista cinematográfico. Viendo más películas de este director, empiezo a entender lo que quería decir Thrower. La noche del terror es memorable, entre otras cosas, por tener a un actor adulto de talla baja en lugar de un niño porque su personaje tiene una trama incestuosa. No podían tener a un niño de verdad interpretando lo que hace el personaje y esa fue la mejor opción que tenían a mano, pero la cuestión no es ¿por qué utilizar un actor de talla baja en lugar de un niño?, la cuestión en realidad es ¿por qué incluir una trama incestuosa en una peli de zombis? Hay muchas películas de zombis sin incesto, pero no hay tantas que sean tan memorables como el clásico de Bianchi. Lo mismo se podría decir de Malabimba (Posesión de una adolescente) (Malabimba, 1979), que sobre el papel podría parecer otra copia de El exorcista (The Exorcist, William Friedkin, 1973), pero el director Andrea Bianchi conviertió en un festival de sordidez y perversión único.

Una noche, la familia Caroli decide mantener una sesión espiritista en su castillo. La sesión no sale cómo se esperaba, el cabeza de familia Andrea Caroli (Enzo Fisichella) quería contactar con su fallecida esposa pero quien responde es el vengativo espíritu de Lucrezia. Este espíritu posee a la joven Bimba, cuyo comportamiento se ve alterado progresivamente. La única que parece darse cuenta de que le sucede algo a la chica de 16 años es la hermana Sofia (Mariangela Giordano), una novicia a punto de convertirse en monja y que ejerce de enfermera del paralizado tío de Bimba Adolfo (Giuseppe Marroco). La familia solo reacciona cuando Bimba comete alguna acción pasada de rosca de forma pública, pero lo atribuyen a que está pasando por una nueva fase en su desarrollo y el doctor que la visita no le da importancia, así que será Sofia la única que intentará salvar el alma de Bimba.

Para diferenciar esta copia de El exorcista de las otras muchas que había en circulación, se decidió darle a la película un toque erótico. Nais, interpretada por Patrizia Webley, acumula el grueso de este tipo de escenas, en especial cuando intenta que su cuñado Andrea le preste atención mientras se conforma con las atenciones del notario Giorgio (Giancarlo Del Luca). La matriarca de la familia (Pupita Lea Scuderoni) está más preocupada por conservar el castillo que ha estado en su familia durante generaciones y anima a Andrea que se case con Nais y de este modo hacerse con el dinero que Adolfo, su hijo mayor, todavía conserva. El hecho de que Adolfo esté paralizado no parece importarle mucho a la hora de empujar a Andrea hacia Nais. Pero Bimba tampoco se queda corta protagonizando escenas eróticas, que resultan inquietantes si se tiene en cuenta que el personaje, no la actriz, tiene 16 años. Especialmente porque antes de ser poseída Bimba se comporta como una niña pequeña, aferrándose a sus peluches, como si su desarrollo hubiese quedado detenido. De hecho, en algún momento de la película se menciona que ha vivido toda la vida en el castillo sin contacto en el exterior, así que no es de extrañar que Bimba resulte tan casi más extraña sin poseer que poseída.

Una vez terminada la película parece que les pareció a los productores y al director que las escenas fuesen lo bastante fuertes y se decidió añadir insertos explícitos pornográficos a la película. Es bastante obvio que no se trata de los actores y actrices, lo que le añade más rareza al film.

En todo caso, el enfoque utilizado funcionó. A pesar de que hay un par de escenas que son copias obvias de escenas de El exorcista, desde luego Malabimba es un film que se queda grabado en la memoria por motivos propios. Tal concentración de perversidad en una sola película es difícil de olvidar, como los intentos de Bimba por excitar sexualmente a su padre, que luego parecen ser olvidados, o lo que le hace a su oso de peluche para que se adecúe más a sus nuevos apetitos. Es una película que trata sobre el deseo femenino, algo bastante sorprendente teniendo en cuenta la época en que fue realizada. Nais es un personaje que en otras películas sería castigado por su abierta naturaleza sexual y su exigencia a ser complacida, aquí no recibe ni castigo ni juicio de ningún tipo por parte de la película.

Esta actitud positiva hacia el deseo sexual femenino mezclado con la crítica de la burguesía le da algo de profundidad a una película que debe su reputación a su sordidez y enfebrecida perversidad. Aunque empezó como otro intento más de aprovechar el éxito de El exorcista, otra historia más de adolescente poseída, Bianchi convierte Malabimba en un fantástico ejercicio de delirio sexual difícil de olvidar.


8 mar 2024

La familia Monster (The Munsters)

 

Ir a ver una película de Tim Burton se ha convertido en una lotería: te tocará el Tim Burton que todavía mantiene el genio de sus primeras películas o te tocará el Tim Burton que se dedica a repetir de forma estéril la misma estética de siempre en películas sin alma. Con Rob Zombie ha pasado lo mismo, salvo que Zombie se ha quemado con una filmografía significativamente más corta que la de Burton. Con Los renegados del diablo (The Devil's Rejects, 2005) pareció tocar techo en cuanto a estilo visual y solo era su segunda película. Tras dar bandazos, solo ofreció algo potable con The Lords of Salem (2012), la última película que dirigió que realmente vale la pena. Y han pasado doce años desde entonces.

El anuncio de que se encargaría de dirigir una nueva versión de la familia Monster daba lugar a un cauto optimismo. Tal vez un cambio de género y estilo es lo que necesitaba para crear una película que, de nuevo, diera la oportunidad a Zombie de ofrecer algo mejor que los dos últimos desastres que había dirigido. Spoiler: no ha sido así.

Imagino que las personas de cierta edad no tienen necesidad de que les diga quiénes son los Monster, pero para los más jóvenes que no tuvieron oportunidad de conocerlos La familia Monster (The Munsters, 1964-1966) fue una serie de televisión de corta durada que era básicamente una versión más suave de La familia Addams (The Addams Family, 1964-1966), por no decir que era una imitación. La familia Monster mantuvo suficiente popularidad tras su corta vida televisiva para que se produjeran varios telefilmes y nuevas versiones de la serie para nuevas generaciones (en España se emitió la serie original veinte años después de que se emitiera en Estados Unidos dentro del programa La bola de cristal donde fue descubierta por muchos niños como un servidor).

La película de Rob Zombie La familia Monster (The Munsters, 2022) funciona como una precuela de la serie, contándonos el origen de los personajes y cómo se conocieron Lily (Sheri Moon Zombie) y Herman (Jeff Daniel Phillips) en Transilvania. El argumento ya resume mucho de lo que no funciona en esta película. Lo divertido de los Monster es que ellos se veían a si mismos como la típica familia americana, aunque para el resto del mundo no lo era, pero sus intentos de actuar con "normalidad" siempre eran vistos como algo chocante. En cambio, durante gran parte del metraje, Zombie los coloca en un entorno en el que no destacan, ya que todo el mundo es "monstruoso". Es solo durante la última parte de la película que se recupera la esencia de la serie, aunque ya es demasiado tarde para salvarla.

La ambientación, el maquillaje y el reparto es realmente fantástico, más teniendo en cuenta el bajo presupuesto. El principal problema de esta película, la razón por la que se hace pesada y muy larga, es el guion de Rob Zombie. La serie es original de mediados de los sesenta y el guion de Zombie también. Está lleno de chistes y juegos de palabras anticuados, gastados y no muy graciosos. Zombie hace guiños a las películas de Abbott y Costello como la genial Abbott y Costello contra los fantasmas (Bud Abbott and Lou Costello Meet Frankenstein, Charles Barton y Walter Lantz, 1948) y a los clásicos de la Universal pero no salva el hecho de que su repetitiva sucesión de chistes malos es de todo menos divertida. También es evidente la influencia de El jovencito Frankenstein (Young Frankenstein, Mel Brooks, 1974), aunque más que un homenaje parece el típico plagio de toda la vida que sirve para recordarte lo poco divertida que es The Munsters.

Por supuesto, para mí resulta anticuada y pasada de moda porque conozco los referentes, veo que es una película de 2022 con un guion de 1962, para alguien que desconozca los referentes, tanto la serie original como las películas a las que hace homenaje, es posible que solo le parezca una copia mala de la familia Addams. Tal vez el problema sea que Zombie ha querido ser tan fiel a la serie que ha conseguido hacer lo que básicamente podría haber sido un episodio largo de la misma, sin darse cuenta de que ya no estamos en los 60. Hasta Abajo el amor (Down with Love, Peyton Reed, 2003) conseguía homenajear las comedias románticas de Rock Hudson y Doris Day de los 60 pero trasladándolas al público actual.

No hay nada peor que una comedia que no hace reír. La familia Monster es eso, una comedia sin gracia que se hace muy larga y, de alguna manera, dura casi dos horas sin contar una historia sólida.

1 mar 2024

El metaterror de José Mojica Marins

Cuando se estrenó a mediados de los 90 del siglo XX, Scream: Vigila quién llama (Scream, Wes Craven, 1996) fue celebrada por introducir un toque metalingüístico en lo que la crítica "seria" veía como un género muerto. En realidad, lo que hizo Scream fue llevar el metalingüismo (utilizar el género para analizar el género) hacia el mainstream y la crítica generalista, ya que era algo que se llevaba haciendo dentro del terror desde hacía décadas.

Uno de los pioneros en este sentido fue el cineasta brasileño José Mojica Marins. Marins fue el creador de Zé do Caixão, un siniestro y malvado personaje que introdujo en À Meia-Noite Levarei Sua Alma aka At Midnight I'll Take Your Soul (1964), película en la que también creó el terror gore al mismo tiempo que Herschell Gordon Lewis en Blood Feast (1963). La popularidad del personaje, que Marins mantuvo vivo en siguientes películas, hizo del director un personaje controvertido. No solo por cómo sus películas parecían atacar el régimen militar que entonces gobernaba Brasil, también por la manera en que Marins jugaba a la ambigüedad sobre dónde empezaba uno y acababa el otro, apareciendo en televisión y en eventos caracterizado como el personaje. Esto lo llevó un paso más allá el director en El despertar de la bestia (O Ritual dos Sádicos, 1970), un film que trata sobre el impacto de las drogas en la sociedad de la época en la que Marins aparece interpretándose a si mismo junto a su personaje Zé do Caixão (más sobre esta película un poco más abajo). El paso hacia unas películas "meta" en la que el creador se enfrentara a su creación era la inevitable evolución siguiendo la trayectoria del director, que creó dos títulos que fueron iniciados de forma algo mercenaria pero se tradujeron en películas innovadoras, extrañas y delirantes.

 

Exorcismo negro aka The Bloody Exorcism of Coffin Joe (1974) nos presenta una peculiar batalla entre creador y creación. Está claro que el origen del film se sitúa en el éxito mundial de El exorcista (The Exorcist, William Friedkin, 1973), también un gran éxito en Brasil. Pero cualquier similitud entre el clásico de Friedkin y el film de José Mojica Marins termina ahí, ya que la historia que nos presenta Marins es muy distinta y añade elementos de macumba y satanismo a una historia que acaba resultando bastante personal.

El director José Mojica Marins se dispone a pasar unos días en casa de un amigo y su familia para trabajar en lo que será su próxima película. Marins sufre un bloqueo creativo, incapaz de encontrar una nueva historia que sea lo bastante interesante, y espera que un tiempo de relajación entre amigos le ayude a encontrar una nueva idea. Entonces una serie de extraños sucesos empiezan a tener lugar en la casa, viéndose afectados varios miembros de la familia. Marins empieza a sospechar algo imposible: que su creación Zé do Caixão sea el responsable de lo que sucede.

Había pasado ya una década desde que Marins creó a Zé do Caixão, el personaje que le hizo famoso pero que en cierto modo le había llegado a eclipsar. Este es el tema de fondo de Exorcismo negro, en el que el director brasileño explora la ambivalente relación que, en aquel momento, mantenía con el personaje. Por otro lado, en lo que se refiere a la historia de la película, esta trata sobre brujería y magia negra más que ser la típica película de posesión diabólica. También Marins tiene tiempo de analizar la nueva popularidad que el cine de terror experimentaba entonces.

Este es el mayor ejemplo del talento de Marins, que a pesar de que se le pusiera delante la idea de aprovechar el éxito de otra película, él se mantuvo fiel a si mismo y realizó el tipo de película que solo Marins podía dirigir.

 

 

Si Exorcismo negro surgió con la intención de aprovechar el éxito de El exorcista, Delírios de um Anormal aka Hallucinations of a Deranged Mind (1978) se crea como manera de aprovechar material que entonces permanecía inédito porque la censura no permitió que se mostrara cuando fue originalmente filmado. Principalmente de El despertar de la bestia, una película que Marins no pudo estrenar en 1970, ya que la censura lo impidió. Esto casi acaba con la carrera de Marins, que no pudo recuperar el dinero invertido en El despertar de la bestia y pasó varios años con dificultades económicas intentando devolver el dinero a los inversores. Además de El despertar de la bestia, se decidió utilizar material de otras películas suyas, como ya he dicho muchas escenas censuradas pero también escenas populares o memorables.

El argumento se creó con la intención de hacer posible reutilizar todo este material, al que se añadirían nuevas escenas. Unos doctores acuden al director José Mojica Marins para que les ayude con un paciente especial: el doctor Hamilton (Jorge Peres), el cual sufre unas terribles alucinaciones en las que es acosado por Zé do Caixão. El doctor Hamilton está convencido de que Zé do Caixão quiere robarle a su esposa Tânia (Magna Miller), Marins debe convencerlo de que Zé do Caixão es un personaje de ficción y no puede hacerle daño... O eso parece.

Lo asombroso en este caso es que lo que podría haber sido simplemente una colección de clips, se convierte en un asalto a los sentidos. Un film que funciona por como somete al espectador a una serie de escenas delirantes que pueden resultar aún más chocantes sin el contexto para el que fueron originalmente pensadas, más otros delirios creados para la ocasión. Se podría decir que es la venganza perfecta de Zé do Caixão contra el régimen que intentó someterlo pero que no pudo con su maldad, que va más allá de todo límite.

El metaterror de Marins puede que surgiera como manera de aprovechar material del pasado o recientes éxitos de taquilla, pero el resultado final son películas originales que se presentan al espectador como puertas a la demencia y al terror. Delirios en forma de celuloide como solo podía crear José Mojica Marins.

23 feb 2024

Los invasores del abismo (I predatori di Atlantide aka The Riders of Atlantis)

 

Siempre es un placer cuando ves una película sin tener ni idea de lo que pasará a continuación. Y en este caso, ni siquiera los cineastas lo sabían ya que la iban haciendo sobre la marcha. Es parte del encanto de la locura total que es la fantástica Los invasores del abismo (I predatori di Atlantide aka The Riders of Atlantis, Ruggero Deodato, 1983).

Nos encontramos en el futuro: 1994. El mercenario y aventurero Mike Ross (Christopher Connelly) y su compañero Mohammed Washington (Tony King) se ven envueltos en una extraña aventura que arranca cuando se descubre una reliquia en el fondo del mar. Una ola destruye la plataforma marina en que se guardaba la reliquia, Mike y Mohammed recogen a los supervivientes, entre los que se encuentra la doctora Cathy Rollins (Gioia Scola) además de James (futuro director de cine Michele Soavi), el profesor Peter Saunders y el piloto Bill Cook interpretados, respectivamente, por los veteranos del cine de género George Hilton e Ivan Rassimov. El grupo se enfrentará a unos misteriosos atacantes procedentes de la mítica Atlantis, que buscan secuestrar a a la doctor Rollins por razones desconocidas.

La creación de esta película es casi tan rocambolesca como la historia que cuenta. Ruggero Deodato se encontraba en Canes cuando fue invitado por la entonces primera dama de Las Filipinas Imelda Marcos para visitar el estudio que había creado Marcos para impulsar la industria cinematográfica filipina. Deodato viajó a Las Filipinas y allí se encontró un estudio enorme, con diferentes departamentos de maquillaje, efectos especiales y especialistas preparándose para realizar cualquier escena peligrosa que fuese necesaria. Y todo sin usar, porque no se estaba filmando nada, además de algunas deficiencias en el estudio. En un principio declinó usar el estudio, pero tras discutirlo con Marcos, Deodato se lo volvió a pensar y empezó a pensar qué podía filmar allí para aprovechar las instalaciones y la jungla filipina. Así, Deodato, junto a los guionistas Tito Carpi y Vincenzo Mannino, diseñó una historia de acción bastante inspirada por Mad Max 2, el guerrero de la carretera (Mad Max 2, George Miller, 1981). Solo tenéis que ver el tráiler para ver hasta que punto la saga posapocalíptica creada por George Miller sirvió de punto de partida junto al clásico de John Carpenter Asalto a la comisaría del distrito 13 (Assault on Precinct 13, 1976). De vuelta a Italia, Deodato rodó algunas escenas más para que la película llegara a la hora y media.

Aunque los creadores tras las cámaras de Los invasores del abismo buscaban qué coger de los éxitos del momento para crear un producto que dejara satisfechos a distribuidores y espectadores, también se nota cierto gusto por el pulp y el cine de acción de folletín. Una impresión reforzada por el reparto lleno de rostros familiares dentro del cine de serie B y exploitation. Este gusto por la aventura de bolsilibro, la acción sin freno y los giros inesperados, sumado al carismático reparto, hacen de este título una joya del cine de serie B constantemente entretenida y llena de momentos tan fantásticos como delirantes.

16 feb 2024

Sky Pirates

 
Una de las razones por las que hubo tantas y tantas imitaciones/derivados/copias de la saga Star Wars y de las aventuras de Indiana Jones, además de porque fueron gigantescos éxitos de taquilla, es que la forma de operar de George Lucas parecía, a primera vista, bastante fácil de imitar ya que se trataba simplemente de explotar la nostalgia de su generación. Sin embargo, actualizar los seriales de aventuras del pasado de forma exitosa era mucho más complicado de llevar a cabo con éxito de lo que muchos productores y distribuidores se pensaban, en especial si no se contaba con el presupuesto y los recursos que Lucas y Steven Spielberg tenían a su disposición. También Lucas tuvo suerte en cuanto a poder llegar antes que los demás a las pantallas de cine, ya que no era el único director/productor por entonces que quería hacer una nueva versión de los seriales clásicos de aventuras o llevar al cine personajes como Flash Gordon. Uno de los mejores y más logrados productos de esta época post-Indiana Jones es Sky Pirates (Colin Eggleston, 1986).


Había dos tipos de películas que intentaban aprovechar la estela dejada por En busca del arca perdida (Raiders of the Lost Ark, Steven Spielberg, 1981). Un tipo copiaba directamente la película de Spielberg, el otro buceaba en las fuentes que inspiraron la película de Spielberg. Sky Pirates se encuentra en un punto medio. El productor John D. Lamond llevaba tiempo queriendo adaptar los seriales de aventuras que veía de pequeño y también era un gran admirador de la obra de Spielberg, así que su guion de Sky Pirates tiene alguna escena en la que se nota la "influencia" de En busca del arca perdida, mientras que el argumento pulp poco tiene que ver. Lo curioso es que si nos fijamos en varios giros en su argumento, veremos que el de la posterior Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal (Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull, Steven Spielberg, 2008) es prácticamente idéntico. Y Lamond le envió una copia de su película a Spielberg en su día para que le hiciera algún comentario. Así que quién sabe donde acaban las mutuas influencias.

El aventurero protagonista de Sky Pirates es el teniente Harris (John Hargreaves), un piloto que al poco de acabar la Segunda Guerra Mundial recibe la misión de pilotar un avión para transportar una misteriosa carga, de la que se encargan su superior Savage (Max Phipps) y el reverendo Mitchell (Simon Chilvers). Cuando Harris intenta averiguar que lleva en su avión se le comunica que es secreto y se dedique a seguir las órdenes, lo que hace de forma reluctante. Durante el viaje, el avión atraviesa una extraña tormenta sobrenatural que les lleva a un lugar misterioso que se encuentra a kilómetros de la ruta que deberían seguir. Allí encuentran muchos barcos y aviones estrellados, entre los que se encuentra el buque desaparecido durante el experimento Filadelfia. Al regresar, Harris es culpado del fracaso de la misión y de la muerte de la tripulación y condenado a prisión. En ese momento, la hija del reverendo Mitchell, Melanie (Meredith Phillips), le pide ayuda para localizar a su padre que ha desaparecido. Harris escapa para demostrar su inocencia, cosa que cree que puede lograr rescatando al reverendo Mitchell, el cual estaba estudiando una tabla de origen extraterrestre que puede otorgar un gran poder y sabiduría al que la posea.

Sky Pirates apenas dura 90 minutos, pero logra encajar diversas escenas de acción y mucha aventura para su protagonista, así como todas las secuencias de efectos especiales que se pudieron permitir con su presupuesto y medios. Esto hace que, a pesar de la obvia influencia de Indiana Jones (en algunos países Sky Pirates se llamó Dakota Harris, como para hacerlo más evidente), logra desarrollar una personalidad propia con su historia de extraterrestres milenarios, ofreciendo continuo entretenimiento. El reparto no es que sea muy carismático, pero encarnan muy bien sus personajes y resultan creíbles como héroes de los años 40.

El guion no es que sea muy redondo y el villano no está apropiadamente desarrollado, pero su devoción por la aventura pulp es lo que hace esta película memorable y ha hecho que sobreviviera hasta la actualidad, donde puede ser juzgada de forma más apropiada. Es por eso que es una película que interesará a aquellas personas que disfrutaron con películas como The Phantom (El Hombre Enmascarado) (Simon Wincer, 1996) o The Shadow (La Sombra) (The Shadow, Russell Mulcahy, 1994).