21 jun 2010

La invasión de los ladrones de cuerpos (Invasion of the Body Snatchers)



Todo empezó con una novela de Jack Finney que apareció de forma serializada en 1954 para luego ser publicada bajo el título: The Body Snatchers (existe una traducción al castellano: Los ladrones de cuerpos o Invasión. Los ladrones de cuerpos; depende de la edición, en Bibliópolis fantástica nº2). La novela cuenta como el doctor Bennell descubre que algo está pasando en su pueblo, el tranquilo Mill Valley. Concretamente con algunos de sus habitantes que parecen tener la impresión de que aquellos familiares que han conocido toda la vida han cambiado. Ya no son los mismos. El doctor Bennell descubrirá que en realidad no son los mismos: han sido suplantados por una raza de vainas extraterrestres que se reproducen suplantando individuos: los ladrones de cuerpos.

La novela de Finney es el producto de una época especialmente paranoide en Estados Unidos. Por un lado, el senador Joseph McCarthy y el Comité de Actividades Anti-Americanas, cuya lista negra marcó Hollywood; por el otro la amenaza comunista y la Guerra Fría. Cualquiera podía ser un enemigo. La novela refleja este ambiente de paranoia total. Sus protagonistas se ven obligados a no dormir para no ser convertidos, con lo que el cansancio y la tensión agravan un estado de por sí malo. Previamente a la novela de Finney, Robert A. Heinlein publicó en 1951 Amos de títeres (The Puppet Masters); en ella unos entes parasitarios extraterrestres se adueñan de los humanos en un intento de invadir la Tierra. La novela de Heinlein está ambientada en el futuro (el pasado 2007) y el paralelismo entre los entes parasitarios y los comunistas se hace explícito. Unos detalles que otorgan a la novela de Finney  mayor fuerza ya que está ambientada en el presente (de 1954) y no hace indicaciones hacia uno u otro lado y refleja la paranoia general y el miedo a los otros que dominada la sociedad.

La primera adaptación de la novela tiene lugar en 1956. Dirigida por Don Siegel, con guión de Daniel Mainwaring. La película fue protagonizada por Kevin McCarthy, todo un clásico del género en sí mismo, como el doctor Bennell. Ésta es la adaptación más fiel a la novela de todas. Ambientada en un pueblo, sigue bastante de cerca el argumento de la novela incluida la voz del narrador en primera persona. Uno de los momentos más recordados es el que muestra al bueno de Kevin McCarthy corriendo enloquecido por una autopista gritando: ¡ya están aquí! ¡usted puede ser el siguiente! (momento que el joven Billy [Zach Galligan] ve en el televisor de su casa con el Mogwai recién llegado en Gremlins de Joe Dante).

Desde su estreno se han multiplicado las interpretaciones políticas de la película. Unos interpretan el film como una parábola del miedo a la invasión comunista y otros como el miedo a las cazas de brujas. Siegel negó de forma repetida ambas interpretaciones y declaró que su único interés era filmar una buena historia. Siegel, que más tarde dirigiría Harry, el Sucio (Dirty Harry, 1971), era un tipo más bien conservador por lo que las interpretaciones se han inclinado más a decir que la película retrata el miedo a la invasión comunista. Creo, sin embargo, que ya que en la novela no se hace explícito y el guión de Mainwaring se mantiene bastante fiel a la novela; la interpretación de la película refleja las creencias no tanto de Siegel sino del espectador. La película retrata el miedo y la paranoia de una sociedad, pero lo hace de forma general. Retrata el miedo del comunista temeroso de que lo descubran y lo conviertan en un marginado y el miedo del ciudadano temeroso de que una horda soviética destruya su país.



En 1978 se estrenó la segunda adaptación de la novela y, desde mi punto de vista, la mejor versión de las cuatro que existen en la actualidad. Fue dirigida por Philip Kaufman, que dirigió Elegidos para la gloria (The Right Stuff, 1983), y escrita por W.D. Richter, uno de los guionistas de la maravillosa Gran golpe en la pequeña China (Big Trouble in Little China, John Carpenter, 1986) y director de Las aventuras de Buckaroo Banzai a través de la 8ª dimensión (The Adventures of Buckaroo Banzai Across the 8th Dimension, 1984). La película tiene a su favor también un gran reparto: Donald Sutherland, Brooke Adams, Jeff Goldblum, Veronica Cartwright y Leonard Nimoy. Ellos serán los que descubrirán la invasión de los ladrones de cuerpos. Además, la película cuenta con los cameos de Don Siegel y de Kevin McCarthy (que parece que continúa el papel que hacía en la primera).

Ambientada en una gran ciudad, San Francisco, el foco de la película cambia. Los ladrones de cuerpos ya no son una metáfora de la paranoia que dominaba la sociedad en los 50. La película trata más bien sobre el desencanto y el egoísmo que dominaban una sociedad post-Vietnam y post-Watergate. Una sociedad que se encaminaba a una época recordada por su brutal capitalismo y hedonismo, los 80. Las vainas invasoras son ahora un reflejo de como nos desentendemos de aquellos que nos rodean, de la sociedad del "yo". Una sociedad pesimista como muestra un final inolvidable.

Además del final, en esta versión se presenta otra novedad: el grito con el que los invasores señalan a los que todavía siguen siendo humanos. Kaufman crea una opresora sensación de suspense y desasosiego durante toda la película usando ángulos holandeses para retratar objetos comunes  como si fueran extraños y llenando la película de detalles inquietantes. El suspense de la historia se dosifica muy bien, jugando con el conocimiento previo del espectador. En España se tituló La invasión de los ultracuerpos.


En 1993 llegó la tercera adaptación de la novela de Finney, recuperando el título original más corto: Body Snatchers, en España: Secuestradores de cuerpos. Fue dirigida por Abel Ferrara y cuenta con una lista de gente implicada en el guión que reúne algunos de los nombres más recordados del cine de terror: Larry Cohen, Stuart Gordon y Dennis Paoli, además del colaborador habitual de Abel Ferrara, Nicholas St. John y el desconocido Raymond Cistheri.

La película se aleja de la novela y los personajes de Finney para ambientar la acción en una base militar a la que llega su protagonista: Marti Malone, encarnada por Gabrielle Anwar. Marti llega a la base ya que a su padre (Terry Kinney) lo han destinado para investigar si se cumplen las leyes de desecho de residuos. La familia la completan la madrastra de Marti, una perturbadora Meg Tilly, y el hermanastro pequeño de Marti, Andy (Reilly Murphy).

De nuevo, el foco de la película cambia de aspecto social. Esta vez son las autoridades militares las que se ponen en cuestión. Tal vez fue esta crítica el aspecto que atrajo a Ferrara al film, ya que no es una película que encaje demasiado bien en la trayectoria del cineasta. De todas formas, Ferrara dirige muy bien el suspense, creando escenas inquietantes como la que protagoniza el pequeño Andy en la escuela donde todos los niños han sido suplantados por las vainas extraterrestres.

La película fue maltratada en Estados Unidos. Tras unas malas impresiones iniciales, la Warner decidió estrenar la película de forma limitada y sacarla rápidamente en vídeo, donde la película se convirtió en un gran éxito. Paralelamente, en Europa la película fue nominada a la Palma de Oro del Festival de Cannes.



Finalmente llegamos a la última adaptación hasta la fecha, estrenada en 2007: Invasión (The Invasion). El título se cambió esta vez ya que en un alarde de cinismo los ejecutivos de la Warner argumentaron que el concepto había cambiado tanto que no guardaba semejanza con la novela de Finney. No sé exactamente a que se refieren con "concepto", ya que el argumento es exactamente el mismo, sólo cambia la forma en que los ladrones de cuerpos se apoderan de uno: de vainas pasamos a una especie de esporas. La película tuvo un guión original de David Kajganich y fue dirigida, en un principio, por Oliver Hirschbiegel, el director de El experimento (Das Experiment, 2001) y El hundimiento (Der Untergang, 2004). Factor este último que podía hacer que esta versión fuese bastante interesante, aunque estaba protagonizada por Nicole Kidman, pero secundada por Daniel Craig. Sin embargo, después de ver la película, los ejecutivos de la Warner no quedaron contentos y mandaron a los hermanos Wachowski reescribirla y a James McTeigue que volviera a filmar parte de la película.

Con estos antecedentes ya os podéis imaginar que no podía salir nada bueno de ello. Y efectivamente la película es un fracaso a todos los niveles. Su argumento no aporta nada nuevo ni interesante, ni ninguna visión innovadora. Tal vez algún día podremos ver la versión de Hirschbiegel, pero teniendo en cuenta que el hombre ha renegado de Hollywood y no piensa volver a allí, es dudoso.

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