18 ene 2012

La muerte en directo (La mort en direct)


Debido a la fiebre de los reality shows, pensé que sería un buen momento para recuperar el clásico de Bertrand Tavernier La muerte en directo (La mort en direct, 1980). Sin embargo, al repasar el film, he descubierto que ha sido profético en más de un sentido, y poco a poco ha dejado de ser ciencia ficción para convertirse en nuestro presente.

Basada en la novela de David G. Compton The Continuous Katherine Mortenhoe, Or The Unsleeping Eye, la película narra la historia de Roddy (Harvey Keitel), al cual le han implantado una cámara en el cerebro y todo lo que ven sus ojos es debidamente grabado. Se somete a esta operación para ser "la cámara" del nuevo programa Death Watch. El objetivo de este programa es grabar y documentar la muerte de Katherine Mortenhoe (Romy Schneider), enferma terminal, para que pueda ser seguida por millones de telespectadores. Algo con lo que Katherine no está del todo de acuerdo.

El tema principal es la muerte: la fascinación y el miedo que nos provoca. En el plano que abre la película vemos a una niña jugando despreocupada entre las tumbas de un cementerio, la cámara se eleva y vemos al fondo una ciudad; las tumbas y los edificios parecen confundirse. Desde el primer momento la muerte está presente en la película. Sin embargo, no es el único tema que trata.

El morbo y el placer de ver a una persona humillarse parecen ser los principales motivos por los que los reality y los talent shows permanecen en pantalla. Este morbo y esta fascinación son llevadas al extremo por Tavernier, donde nos presenta una sociedad futura (la nuestra) ansiosa por ver como Katherine se enfrenta a la muerte. Esto es así porque esta sociedad ha escondido la muerte, los viejos y viejas son llevados a unas residencias donde mueren discretamente, apartados de la sociedad. No muy diferente de nuestra sociedad obesionada por lo nuevo y brillante, como niños pequeños.

Es también una sociedad sin imaginación: Katherine trabaja creando libros escritos por una computadora. Ella introduce diferentes elementos y la sofisticada máquina se encarga de crear la ficción. Libros creados en masa, como coches en una fábrica, sin personalidad, inofensivos y fácilmente digeribles.

Katherine se ve convertida en el acto en una celebridad: la prensa la acosa, desconocidos le piden autógrafos y siempre hay mirones intentando ver el interior de su casa. Es famosa no porque se muere, sino porque se muere en televisión. Otro de los signos de los tiempos que vivimos: gente que se hace famosa por el simple hecho de salir en televisión. Lo que ha llevado a la creación de una nueva profesión: la persona que se dedica a ser famosa (o popular, más bien) y que se dedica a vender su vida para seguir siéndolo.

Roddy, con sus ojos convertidos en cámaras, es la perfecta representación de nuestra sociedad. La operación implica que no pueda estar nunca a oscuras ni cerrar los ojos. Ya no duerme ni mucho menos sueña, buscando continuamente estímulos para sus ojos. Es una adecuada descripción de nuestra sociedad de continua información y perpetuo estímulo. El silencio inquieta a la gente, lo obliga a pensar, así que es mejor vivir continuamente estimulado y no pensar demasiado. Lo que ha llevado también al síndrome del niño impaciente: queremos las cosas ahora, no tenemos tiempo para esperar.

Dejando de lado alegorías, metáforas y la profundidad de los temas que trata, La muerte en directo es una interesante combinación de drama y ciencia ficción, que se ve beneficiada de un estupendo reparto y una fantástica banda sonora de Antonie Duhamel. Por un lado resulta interesante ver como Katherine se enfrenta a la situación en que se ha visto metida y, por otro lado, resulta también interesante la evolución de Roddy, en un principio entusiasmado por ser usado en el experimento pero poco a poco vemos como le va afectando y se empieza a cuestionar todo el asunto.
 
La película fue rodada en inglés, así que ésa es la VO, ya que fue una coproducción entre Francia, Alemania (entonces Alemania del  Este) y Reino Unido.

3 comentarios:

Javier Simpson dijo...

La muerte como espectáculo. Eso me suena.
De Tavernier creo que no he visto nada, por lo menos pasándome por imdb no me suena ninguna (vienen en inglés y no sé muy bien... mi inglés es malo de 1º antiguo BUP, imagínate, y las películas en general las reconozco por su título al castellano)
De Tavernier siempre estuve detrás de Capitán Conan y nunca llegué a verla.

Me apunto esta y procuraré verla, como Capitán Conan (que é unha cona de capitán... chiste tontorrón que haría un gallego :-)
Buena entrada, Raül.
PD: por cierto, la pareje protagonista se las trae...

Dr. Gonzo dijo...

otra gran desconocida para mí.

Raúl Calvo dijo...

Javi, yo tampoco es que sea un experto en Tavernier, vi esta película por primera vez en televisión, cuando TV2 emitía Cine Club (películas raras, de autor, clásicos, etc. y en VO).

Dr. Gonzo, pues para eso estamos. Mi principal interés cuando visito páginas y blogs es descubrir pelis que no conozca, en todos los sitios se descubren joyas. Sería horrible haberlo visto todo.