22 oct 2014

La apasionante historia de cómo se hizo, se deshizo y se rehizo la nada apasionante Los inmortales II: El desafío


Mi padre me llevó al cine a ver Los inmortales II: El desafío (Hihglander II: The Quickening, Russell Mulcahy, 1991), ya que la primera me había gustado mucho. E incluso a tan corta edad ya me di cuenta de que era una película bastante mala. Lo extraño hubiese sido lo contrario, ya que incluso el director y el protagonista y prácticamente todos los implicados se habían desentendido completamente del film y lo habían desahuciado. Fue un fracaso de taquilla, a nadie parecía haberle gustado, así que lo normal sería que el film simplemente hubiese desaparecido.

Pero no fue así.

Como si fuera uno de sus inmortales protagonistas, el film fue resurgiendo en distintas versiones y encarnaciones, hasta que finalmente en el 2004 la película se completó. Sí, esta secuela tardó más de diez años en terminarse.

Aunque no había funcionado particularmente bien en Estados Unidos, la clásica y mítica (por lo menos para los de mi generación [o por lo menos para mí]) Los inmortales (Highlander, Russell Mulcahy, 1986) arrasó en Europa. Inmediatamente, diversos distribuidores pidieron a los productores William Panzer y Peter David que les trajeran otra película más con inmortales peleándose con espadas. Y los productores aceptaron, a pesar de que Los inmortales es un film perfectamente cerrado que no dejaba espacio para secuelas.

El rodaje empezó en Argentina, un rodaje cargado de problemas y con algunos retrasos. Estos retrasos hicieron que la compañía que financiaba el film decidiera dar la película por terminada. Se llevó el metraje a Estados Unidos y sin la participación ni del director ni de los productores ni de nadie implicado en el rodaje y la producción, decidió editarla rápidamente, poner unos efectos baratos y estrenar la película.

Y esta es la versión que todo el mundo vio en el cine.

Pero el director Mulcahy no se dio por vencido. Al fin y al cabo, su nombre aparecía en los créditos, así que por lo menos quería que fuera en una película que él hubiese hecho. Así que un par de años después de que el film se estrenara, Mulcahy reunió de nuevo a los actores y, de su propio bolsillo, rodó las escenas que no había podido rodar en su momento, para poder hacer un montaje del director.

Esta versión se acabó editando en DVD a mediados de los 90, pero continuaba teniendo el problema de los efectos que no se habían terminado. Finalmente, los productores Panzer y David se pusieron en contacto con la compañía de efectos visuales dirigida por Sam Nicholson, el cual trabajó originalmente en los efectos de la película antes de que los financieros se la llevaran, para completar los efectos de manera que cuadraran con la intención original de los cineastas. De este modo, en el año 2004 se editó en DVD y luego Blu-ray la versión definitiva, terminada de Los inmortales II.

Que seguía siendo una película no muy buena.

Es decir, el trabajo de terminar las escenas, los efectos, reestructurar el film para que siguiera el estilo de la primera y demás sirvió para arreglar los problemas creados por el hecho de que la compañía que financiaba el film se lo llevase antes de que estuviera terminado. Pero dejaba los problemas de un guion no muy bueno, que principalmente eran:

-El regreso del Ramírez que interpretaba Sean Connery. El personaje moría en la primera película pero los distribuidores insistían en que regresara Connery, así que su presencia en la secuela se nota forzada.

-La decisión de explicar de dónde proceden los inmortales. Originalmente en la película se explicaba que eran extraterrestres procedentes de otro planeta, lo que entraba en completa contradicción con lo que se explica en la primera película. En el montaje del director se cambia de manera que siguen siendo terrestres pero que son enviados en el tiempo desde un pasado remoto. Lo cual sigue siendo absurdo cuando se ve ejecutado en pantalla y sigue sin encajar con lo contado en la primera película (cuyo título original es El escocés, para más inri), pero no resulta tan irritante y estúpido.

-Y el más importante: "Solo puede quedar uno". Es el meollo de la primera película, que por eso es una historia cerrada y hace que las secuelas se vayan haciendo progresivamente más absurdas.

Pero a pesar de que esto haga que, como secuela, Los inmortales II sea muy mala (hay momentos en que uno está convencido de que el guionista no ha visto la anterior película), como película la versión definitiva resulta bastante entretenida. Resueltos los problemas creados por la compañía financiera que hacía que la película fuera mala de forma irritante e insultante, solo queda el absurdo de un guion no muy bueno.

Ahora, Los inmortales II es una película malibuena. Las escenas de acción están bastante bien y todo el conjunto es absurdo y delirante pero muy divertido y entretenido. Como os podéis imaginar, todo lo anterior lo descubrí viendo los extras de la edición en Blu-ray, una edición que compré porque estaba de oferta (al cambio salía por unos 7 euros) y por simple nostalgia. Pero me sorprendió lo bien que me lo pasé viendo la versión definitiva de esta película.

Así que, si como yo os encontráis de oferta esta versión, más conocida como Renegade version, con los efectos completados y todo puesto en su sitio, os sugiero que le deis una oportunidad. No es una buena película, pero es una buena mala película que os puede hacer pasar un buen rato, ni que sea por el psicotrónico placer de ver a Christopher Lambert y Michael Ironside frente a frente.

Fijaos en este tráiler de la versión originalmente estrenada en cines, donde el escudo es rojo, cuando en el rodaje habían trabajado con la intención de que fuera azul, ya que, como he explicado, la compañía que terminó los efectos fue escogida por los financieros para que hicieran un trabajo barato y rápido, sin que el director o nadie implicado en el film participara. Esto acababa dando la impresión de que el escudo rojo hacía que la superficie estuviera teñida de azul.


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